Tres post en uno

Como perros…

Hace unos días que saliendo del trabajo me toco ver algo que no me gusto nada. Llegando a la estación de metro Insurgentes, bajando las escaleras vi a una atractiva mujer que estaba esperando el convoy, eran como las 6:30 p.m., pantalón ajustado, rubia por tinte y mucha pechonalidad se hacia evidente con el suéter ajustado también.
Como generalmente bajo en la estación aeropuerto busco la puerta más cercana para no caminar mucho (que flojo). Pues resulta que la rubia quedó como a 4 metros de donde estaba parado, en eso llega el convoy y muchos guaus se arremolinaron justo en donde estaba ella. Era evidente que no podían entrar, mas estos guaus, trataban de todas maneras entrar, solo para estar muy apretujados junto a la "despampanante" rubia, de hecho me di cuenta que algunos preparaban armas y manos para darse un agasajo, la pobre mujer no se podía mover ya que estaba atrapada por unos 7 u 8 guaus, las puertas a los lados no tenían gente pero los guaus, como si nada y tampoco se podía entrar. Que hacer? No podía hacer nada, solo observar que es lo que pasaba, así que decidí esperar a otro convoy más vacío. Pasó otro convoy, y desde que vi que se movía lentamente pensé que seguramente tenía una avería, y los guaus bien puestos junto a la rubia, aun cuando ya no había tres. Tanto la atosigaron y me imagino que alguna "mano santa y sin ninguna intención" habrá tocado ciertas partes, por que momentos después y con mucho esfuerzo logro salir del lazo humano que la rodeaba y los guaus se quedaron con cara de "…che, vieja como si estuviera tan buena," uno que otro se quedo con mirándola con ojos "se me fue un buen arrimón".
Me quede pensando ¿Qué ganan con eso?, ¿Por qué lo hacen?, y recordé que los perros así actúan cuando andan tras una perrita.

La Mariposa

Después que se fue la rubia llego una cabellara color trigo oscuro que se fue acercado a la puerta por la que yo pretendía entrar. Como que dude que fuera mujer en el momento en que se empezó a contonear demasiado y a mover la cabeza de esa manera en que lo hacen las mujeres cuando les estorba en cabello por que lo traen suelto. Después de varios cabeceos alcance a ver que el portador de la cabellara era un amanerado y casi todos los que estaban cerca se retiraron a excepción de alguien que le hizo el favor de empujarlo hasta que los dos entraron al vagón.

Desesperado

Después del tercer convoy vacío y casi media hora esperando y nada, decidí cruzar el andén y regresar unas estaciones para tratar de tomar un tren más o menos vacío. Baje en la estación Juan Acatlán y cuando estuve de regreso en insurgentes ya no había gente, grrrrr!!. Llegando a la estación Pantitlán recibí la llamada de Jenny y me pregunto que si ya estaba por llegar, le explique lo que pasó y ya solo le quedó decirme que me esperaba. Ese día llegue como a las 10 p.m., y eso que salí como a las 6:30 p.m.

Otra de las cosas desesperantes que pasan en esta cuidad, ven por que me quiero ir a Colima.