Los niños nunca se cansan

Recuerdo que eso era lo que decia me abuela cuando hibamos de vacaciones, pues hoy me toco comprobar eso. Hoy Sábado fuimos al pueblo en donde nacieron mis papas.

Como aquello de las 4 de la tarde le dice mi papá a Jenny, quieres ver donde queda "La Joya"?, aunque ya lo había vistado algunos años antes, por cortesía, Jenny aceptó.

Fuimos en el coche a ver "La joya", de ahí nos fuimos a ver "El cerrito", otro lugar que mi papá heredó de mi abuelo.

Ya en "El cerrito", mis hijas se pusieron a correr, y trataron de subirse a un arbol de aguate, Adriana, como que no pudo, Lidia como esta ligerita pues se trepó un poco mas arriba, el problema fue cuando tratamos de bajarlas por que aunque ni yo me la creí, resulta que pude treparme al árbol.

Minutos después las niñas estaban encantadas con otro árbol el cual si podían subir y bajar a su antojo. Como ya empezaba a atardecer emprendimos el retorno a casa de mis tíos. Por cierto, no mencione que el viaje a Puebla era para asistir a una fiesta por motivo de los 15 años de las cuatas, hijas de uno de mis tíos.

En eso estabamos cuando a Lidia se le ocurre decir que ella quería irse caminando. Pensé, total en unos cuantos metros va decir que ya se cansó y va a querer subirse a coche. Mi hermano que hiba manejando, le dije que nos esperara unos 100 metros adelante. Cuando Lidia vió que arrancaba el coche, dice "vamos corriendo", eso me dio gracia y pense que se hiba a cansar más rapido de lo que pensé. mal, pensé mal, porque cuando llegamos al coche le dije: "te quieres subir al coche?", -no, contestó. -Esperanos donde termina la carretera. Le dije a mi hermano. La carretera termina como a otros 100 metros de dondé se encontraba el coche.

Sucedió lo mismo, Lidia no quizó subirse al coche. Pero como en esa parte empieza una lijera pendiente... me dije, ahora si se va a cansar, por no, caminanos como otros 100 metros y nada.

Empezaba la parte más dificil de camino ya que es una cuesta como de 300 metros y Lidía seguia con su idea de seguir caminando. Por su puesto que ya me estaba cansando de caminar. En fin que la niña llegó como si nada hasta donde el camino se vuelve plano.

Uff!! creo que me hace faltra ejercicio.

Si alguien se pregunta que paso con Lidia con lo de accidente de la mañana, les puedo asegurar que no se acordó que le dolía la boca mas que a la hora de la cena.